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Impacto sostenible mercado inmobiliario -energía eólica

El impacto de la sostenibilidad en el mercado inmobiliario en España

La sostenibilidad se ha consolidado como una tendencia clave en el sector inmobiliario español en los últimos años. El creciente interés por la eficiencia energética, las emisiones de carbono y la huella ecológica está cambiando las preferencias de los compradores y arrendatarios, impulsando la demanda de viviendas verdes.

Según un estudio de Funcas, el 80% de los españoles está dispuesto a pagar más por una vivienda sostenible. Factores como el ahorro en la factura de la luz y el medio ambiente juegan un papel cada vez más relevante a la hora de tomar decisiones.

Este aumento de la concienciación se traduce en cifras. En 2023 se han entregado en España más de 100.000 viviendas con certificados verdes como el VERDE o LEED, un 30% más que en 2022. Esta tendencia alcista se prevé que continúe durante 2024, impulsada por los nuevos requisitos normativos.

La Ley de Cambio Climático exige desde enero que todos los nuevos edificios sean de consumo casi nulo. Asimismo, los expertos calculan que para 2027 el 60% del parque edificado deberá tener calificación energética A o B. Estos requisitos están acelerando las reformas en edificios antiguos y la incorporación sistemática de criterios bioclimáticos en las promociones.

Regiones como Cataluña, la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares, con una ley de cambio climático más avanzada, concentran más del 60% de las viviendas certificadas. Sede de grandes operadores verdes como Aedas Homes, Neinor Homes o Vía Célere.

Otro factor relevante son las ayudas públicas. El plan de recuperación destina 6.800M€ a rehabilitación energética hasta 2023, impulsando las reformas. También municipios como Madrid ofrecen bonificaciones fiscales, llegando a eximir el 95% del IBI en algunos casos.

El interés por la sostenibilidad está transformando progresivamente el parque residencial español. Según el censo de edificios del IDAE, actualmente solo el 2% de la vivienda cumple con los requisitos de eficiencia energética exigida para 2027. Esto supone que más de 12 millones de inmuebles precisarán algún tipo de intervención en los próximos años.

Al respecto, expertos calculan que solo la rehabilitación del parque existente demandará una inversión cercana a los 250.000 millones de euros hasta final de década. Una gran oportunidad de negocio que está atrayendo el interés de grandes fondos de inversión internacionales como Goldman Sachs o Axa en el sector de la construcción verde.

En cuanto a la tipología de las viviendas, los pisos están siendo los primeros en certificarse ecológicamente gracias a reformas integrales en fachadas y cubiertas que permiten alcanzar calificaciones A o B. No obstante, las urbanizaciones unifamiliares también están incorporando cada vez más sistemas fotovoltaicos, aerotermia o iluminación LED.

Tecnologías como el autoconsumo fotovoltaico se han popularizado en los últimos años. En 2023 se instalaron paneles solares en más de 200.000 viviendas, un 50% más que en 2020. Regiones como Madrid o Cataluña lideran el transporte fotovoltaico con ayudas autonómicas de hasta 3000€ por instalación.

Por provincias, Alicante y Málaga concentran una mayor cuota de certificados verdes gracias a una mayor concienciación ciudadana impulsada por administraciones comprometidas con la lucha contra el cambio climático. Destacan iniciativas como los códigos de buenas prácticas urbanísticas o los fondos para rehabilitación.

Otro aspecto importante son los sellos y certificaciones de sostenibilidad, que se han consolidado como un reclamo a la hora de comercializar viviendas. La certificación más extendida es el VERDE de la Asociación Española de Valoración, que ya cuenta con más de 150.000 inmuebles registrados.

No obstante, van ganando peso internacionalmente sistemas más exigentes como el LEED, líder mundial con más de 94.000 m2 certificados en España, o el BREEAM, muy utilizado en promociones terciarias. Estas ecoetiquetas respaldan la comercialización de activos verdes a inversores comprometidos con criterios ASG.

Además, la demanda de alquiler verde no para de crecer. El 60% de los arrendatarios españoles estarían dispuestos a pagar entre un 5-10% más de renta por una vivienda sostenible según un estudio de Fotocasa. Esto impulsa la aparición de grandes tenedores residenciales verdes como Urbaon o Habitaclia.

Otro fenómeno emergente es el turismo sostenible. Regiones como Baleares han experimentado un auge de la construcción ecológica para usar la eficiencia energética como reclamo vacacional. Cadenas internacionales apuestan cada vez más por hoteles y resorts con certificaciones medioambientales.

En déficit, la formación y cualificación de los agentes inmobiliarios. Sólo el 15% ha recibido formación específica en criterios de sostenibilidad según el Colegio de Agentes. Un área de mejora para asesorar adecuadamente a clientes sobre las ventajas a largo plazo.

Algunas de las principales ventajas a largo plazo de invertir en activos verdes son:

Ahorro en costes de mantenimiento y consumo energético. Edificios eficientes suponen un 30-50% menos en facturas de luz y calefacción a lo largo de su vida útil.

Mayor rentabilidad de la inversión. Numerosos estudios indican que la prima de precios por tener certificaciones medioambientales puede alcanzar entre el 5-10% e incluso más para inmuebles de alquiler.

Mayores facilidades de financiación. Cada vez más entidades bancarias ofrecen líneas de crédito ventajosas para proyectos que incorporen criterios ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno).

Revalorización continuada del activo. A mayor concienciación social y regulación, la sostenibilidad se convertirá en un activo intangible muy valorado que aumentará la longevidad comercial de los inmuebles.

Cumplimiento normativo futuro. Estar adaptado desde el inicio a las crecientes exigencias legales en eficiencia energética ahorra costes de reforma en el futuro.

Mejora de la rentabilidad por menores riesgos medioambientales y mayor atractivo para los inquilinos sensibilizados.

En definitiva, se trata de inversiones más resilientes y rentables a medio-largo plazo, alineadas con los criterios ASG y el futuro de la construcción.

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He aquí vienen algunas previsiones respecto a cómo continuará evolucionando el papel de la sostenibilidad en el mercado inmobiliario español en el futuro:

– Es muy probable que la regulación medioambiental se vuelva aún más estricta, obligando a más reformas y promociones bajo criterios ASG para 2030 y años posteriores.

– Continuará aumentando la prima de precios de los inmuebles ecológicamente certificados, a la vez que se depreciarán los activos con baja eficiencia.

– Tecnologías como el autoconsumo fotovoltaico o la movilidad eléctrica se masificarán, provocando que se conviertan en servicios estándar de nuevos desarrollos.

– Creación de nuevos sellos de sostenibilidad aún más exigentes para promociones y rehabilitaciones en el marco de la taxonomía verde europea.

– Mayor profesionalización de los agentes inmobiliarios en criterios medioambientales para asesorar adecuadamente.

– Continuidad de la tendencia de las entidades financieras a conceder mejores condiciones a proyectos que incorporen criterios ESG.

– Aumento de la inversión institucional dentro de la construcción y promoción verde en nuestro país.

En resumen, la sostenibilidad se afianzará como una cualidad diferencial de primer orden en toda la cadena de valor del sector residencial español las próximas décadas.

Aquí van los principales desafíos que enfrenta el sector inmobiliario español en términos de sostenibilidad:

– Rehabilitación del envejecido parque edificado de forma masiva y a bajo coste para elevar su eficiencia.

– Mejora de la formación y cualificación de los agentes del sector (promotores, constructores, agentes) en criterios ASG.

– Fomento de soluciones bioclimáticas y materiales ecológicos que faciliten el cumplimiento normativo sin sobrecostes.

– Impulso a las comunidades de propietarios para acometer reformas energéticas de gran envergadura.

– Adaptación del Código Técnico de la Edificación para exigir estándares más estrictos de forma paulatina.

– Financiación asequible para particulares y pequeños propietarios que quieran acometer mejoras.

– Fomento de alternativas de movilidad sostenible en nuevos desarrollos.

– Concienciación de compradores y arrendatarios sobre las ventajas reales de viviendas verdes.

– Desarrollo del sector de la rehabilitación y construcción ecológica como industria puntera.

– Impulsar la colaboración público-privada para acelerar la transición medioambiental del sector.

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En resumen, la adaptación del parque edificado y la maduración de los agentes en criterios ASG son claves para avanzar hacia la sostenibilidad