El patrimonio histórico residencial de Benidorm y sus pueblos
La costa de Benidorm guarda un valioso legado histórico en forma de viviendas rurales que datan desde los siglos XVIII hasta principios del XX, cuando la región se centraba principalmente en la agricultura. Estas casas tradicionales son portadoras de gran parte de la memoria cultural de la zona y representan hoy una oportunidad tanto para la inversión como para el turismo sostenible. Detengámonos para explorar más detalles sobre este fascinante patrimonio.
Al analizar sus características constructivas, estas viviendas responden a técnicas tradicionales que incluyen muros de carga de piedra y mampostería, haciendo uso de materiales locales. Son comunes las cubiertas inclinadas con teja árabe, suelos de baldosas y carpintería de madera. Cada localidad presenta también elementos distintivos propios.
En el pasado, estas viviendas albergaban a comunidades rurales cuya base económica se fundamentaba en la agricultura y la pesca. Generalmente, estaban estructuradas alrededor de un patio que se utilizaba para actividades ganaderas y almacenamiento en la planta baja, mientras que el área superior era destinada a la vivienda. A lo largo del tiempo, estas casas han ido adaptando su función.
Las casas tradicionales de Benidorm, Finestrat, Polop y Benitachell comparten rasgos característicos de la arquitectura popular mediterránea, pero también presentan particularidades distintivas en cada una de estas localidades.
En términos generales, todas ellas fueron construidas empleando piedra, argamasa y cubiertas inclinadas con teja árabe. Sin embargo, Benidorm se distingue por el uso más extensivo de ladrillo visto y hierros forjados en fachadas y balcones.
Finestrat conserva un valor patrimonial singular gracias a la concentración en su casco histórico de un importante conjunto de casas señoriales de una o dos plantas, mayormente exentas, con bellos ejemplos de sillería en sus entradas y escudos.
Por su parte, las edificaciones de Polop se caracterizan por presentar paramentos de piedra más rústica en sus muros y pilares de madera en las esquinas. Algunas destacan por contar con arcos de medio punto en la planta baja.
En Benitachell, abundan las viviendas de una sola altura con muros encalados, así como construcciones seriadas adosadas de tamaño reducido debido a las parcelas más pequeñas.
A pesar de sus estilos distintos, todas comparten un gran valor etnográfico al haber sido hogares rurales adaptados a las distintas épocas históricas. Son testigos del desarrollo histórico individual de cada núcleo de población.
Adquirir una vivienda de este tipo requiere estudiar su protección patrimonial y calcular los costos de rehabilitación, los cuales oscilan entre los 30.000 y 80.000 euros dependiendo del estado y la superficie, siendo comunes tamaños entre 100 y 150 metros cuadrados. Los precios varían desde los 150.000 euros en mal estado hasta los 350.000 euros en óptimas condiciones.
No obstante, la inversión puede resultar beneficiosa gracias a las ayudas públicas disponibles. El patrimonio residencial histórico está protegido por la Ley 4/1998 de Patrimonio Cultural Valenciano y la Ley 5/2007 de Gestión del Patrimonio Cultural. Algunas viviendas cuentan con la designación explícita de Bien de Interés Cultural.
El proceso implica solicitar un certificado de catalogación, elaborar un proyecto de intervención, obtener la licencia municipal y justificar las obras para poder acceder a las subvenciones.
Es fundamental respetar los métodos y materiales tradicionales durante el proceso de rehabilitación para conservar el valor histórico. Las buenas prácticas incluyen documentar el proceso y promover el valor cultural del inmueble recuperado.
Una vez rehabilitadas, estas propiedades ofrecen diversas opciones de uso, como el alquiler vacacional, con rendimientos que oscilan entre el 5% y el 8% según BBVA. También son aptas como segundas residencias, pequeños hoteles boutique o establecimientos de hostelería. Su rareza y singularidad las convierten en propiedades muy valoradas. En conclusión, la adquisición y restauración de este legado histórico proporciona un valor añadido a la inversión gracias a las ayudas disponibles y a las oportunidades rentables de uso posterior.
Además de conservar la memoria local, estas propiedades ofrecen viviendas únicas y un encanto especial para disfrutar del patrimonio de primera mano.